Como un hito en las elecciones seccionales 2023 calificó el Consejo Nacional Electoral (CNE) a los 38 debates electorales obligatorios que se cumplieron en dos fines de semana: 17 debates entre los candidatos a las Prefecturas y 21 entre los que aspiran a las Alcadías. Los debates se cumplieron en las localidades de más de 100 mil electores y se aboradaron cuatro ejes temáticos: seguridad y convivencia ciudadana; economía y movilidad; medio ambiente y territorio; y, administración provincial y local.
Sin embargo, los propios candidatos reconocieron que el formato del debate no les permite desarrollar sus propuestas, que es muy limitado el tiempo que tienen para responder.
En la mayoría de los casos en vez de propuestas se dedicaron a promocionar sus candidaturas y los debates fueron el escenario para atacar al contrincante, desviándose de la pregunta planteada y del tema propuesto.
Alfredo Espinosa, analista político, aseguró que los debates no contribuyen a que el ciudadano vaya a las urnas con un voto informado y que más bien se reduce a un interrogatorio donde el moderador no tiene mayor posiblidad de intervención para la repregunta. Esto se da, dijo, por el excesivo número de candidatos, porque estos no llegan preparados al debate o simplemente por estrategia de los postulantes.
Por su parte Gisella Bayona, periodista que moderó el debate en Quito tanto para Prefecto como para Alcalde, escribió en su cuenta Twitter que la enseñanza es «de qué sirve un comité de debates para elaborar las preguntas cuando los candidatos solo se enfocan en ataques y propaganda política».
Y eso es lo que dejaron los debates, ataques y propaganda política. Carlos Mota, analista, agregó que es evidente que hay candidatos que no están preparados ejercer el cargo y divagan en sus respuestas con lugares comunes o frases obvias. Manifestó que tras los debates es tiempo de replantear su esquema ya que con el actual no es un debate propiamente dicho.